viernes, 14 de septiembre de 2012

Capítulo 21: El paseo más bonito de mi vida.

-¿Sabes? De pequeñita siempre soñaba con tener un caballo marrón con una manchita blanca en la frente...
Hablamos susurrando, me cuesta recuperar la voz después de hacer el amor, estoy entre sus brazos y me siento genial así.
-¿Ah si? Pues si quieres te compro uno
-¿Estás loco? No puedo tener un caballo en Madrid.
-De acuerdo, no te lo compro, pero si que podemos ir a montar
-¿En serio? ¿Me llevas?
-Pues claro que si rubia, te llevo a donde quieras
-¿Cuándo vamos? Ay, que ganas
Me levanto, desnuda, voy al aseo y le oigo resoplar, por lo que empiezo a reírme, es tonto a mas no poder.
-Dani cariño contrólate...
-Como me gusta que me llames cariño...-aparece detrás mía y me abraza-.
-Ay déjame, que me tengo que vestir
-¿Y si no quiero?
-Pues... Si no quieres, me enfado contigo...
-Vaaale, vístete que nos vamos
-¡Bien!
Vuelvo a la habitación, busco mi ropa interior, me la pongo y cojo unos pantalones cómodos y una camiseta. Cuando estoy lista voy corriendo al aseo, Dani se esta repasando un poco la barbita.
-Venga amor que ya estoy...
-Ya voy rubia
Termina, se pone los tenis y salimos, me coge de la mano, parece que ya le da igual que nos vean, Flo nos ve y sonríe, le correspondemos y Dani me da un beso en el pelo.
-Oye, ¿y está muy lejos donde vamos?
-No, han dejado a los caballos en nuestra cabaña
-Menos mal
Vamos hasta donde está la casa, atados a una raíz grande del árbol hay un caballo blanco y otro tal como le dije a Dani que soñaba de pequeña. Hay un señor al lado de ambos animales, Dani se acerca a él, le da unos billetes y se va tras mirarme y sonreirme. Me acerco al que supongo que es mi caballo y le acaricio la cabeza.
-¿Te ayudo a subir?
-No hace falta.
Me subo en seguida, le miro y cuando se intenta subir se resbala y se cae, me empiezo a reír, él me mira haciéndose el enfadado y vuelve a intentarlo, ahora si, consigue subirse, se le nota nervioso.
-¿Tienes miedo Martínez?
-¿Yo? No...
-Ya, claro -río-.
-En serio
-Lo que tu digas amor
Echamos a andar subidos en los caballos, Dani se pica conmigo porque voy delante y va todo el rato intentando adelantarme, yo por supuesto no le dejo. A lo tonto llegamos hasta una extensión del terreno sin ningún árbol, todo verde, hierba. Nos bajamos del caballo y nos tumbamos un rato a darnos mimos. Así, poco a poco se hace la hora de comer, y por lo tanto, la hora de volver al campamento otra vez. Montamos y en poco tiempo llegamos al campamento con los caballos, les dejamos en un bebedero que hay, les dejamos algo de comer y nos juntamos con los demás que nos están esperando. Este ha sido el paseo más bonito de mi vida.

Capitulo 20: Libres al hacer el amor.

Me levanto un momento de la cama para coger mi móvil y me pongo a trastearlo un poco, entre twitter y angry birds en poco rato llega Dani con una taza de café y un bollo, me giro cuando escucho la puerta abrirse y dejo el móvil mientras me siento en la cama derecha. Le sonrío y me corresponde, me muerdo el labio mirando las cosas que me trae para comer y se sienta a mi lado, me tiende el café, el cual cojo y le doy un buen trago, después me deja el bollo en la mano libre y poco a poco va desapareciendo hasta llegar a parar a mi estómago.
Desde que ha llegado no ha dicho nada, simplemente me ha observado mientras comía, ahora que he terminado se ha tumbado en la cama y me ha hecho una señal para que me sentara encima suya. Así lo hago, me siento en sus piernas y él me agarra por la cintura.
-¿Qué quieres? -le pregunto sonriendo-.
-¿Yo? Nada... -se ríe-.
-Ya, claro. Dímelo vamos... Algo tiene que ser para que te rias así
-A ver, si yo quiero lo que quiero, pero como no podemos...
-Es que no quiero pegártelo jo...
-Pero si a mi no me importa de verdad... Además voy a estar todo el rato pegado a ti, me lo pegarás igual
-Ay Dani no se...
-Porfa...
Me pone cara de cachorrito y así claro, no le puedo negar nada, resoplo y cierro los ojos, niego con la cabeza, me quito de encima suya y me tumbo hacia el lado contrario que está él. Le noto moverse, se acerca a mi y noto sus labios en mi pierna, va subiendo poco a poco, haciendo que se me pongan los pelos de punta, dejo escapar un suspiro de entre mis labios, cuando llega a mis muslos emplea tambien sus dientes para seguir causándome escalofríos, noto sus manos ligeras rozando las sábanas para llegar hasta mi pantalón por la parte de atrás, tira de él y poco a poco lo va bajando, tira de él hasta que consigue sacarlo por mis pies y lo tira al suelo, se separa un momento, abro los ojos y le veo desnudarse, todo menos los bóxers, a través de los cuales ya se va notando como está.
Vuelve a agacharse entre mis piernas y repite el proceso de los pantalones pero con las bragas, entonces sigue con sus besos en mis muslos, llegando lentamente a las ingles, ahí se está un ratito, haciéndome suspirar y haciéndome tener ganas de más. Entonces, cuando no me lo espero pasa a otro terreno mucho más íntimo,  me hace agarrarme a las sábanas y morderme el labio para evitar que los de fuera nos oigan, se entretiene bastante, dejando al paso de su lengua y dientes bastantes gemidos que lamentablemente no puedo soltar asi como si nada. Estoy deseando volver a la cabaña un día para hacer el amor tranquilos.
Una vez que estoy suficientemente excitada se deshace del resto de mi ropa y decide colocarse entre mis piernas.
-Esto me molesta... -le digo tirando del elástico de sus bóxers-.
-Pues quítamelos -me guiña el ojo y le muerdo el cuello-.
-Estás muy tonto tu hoy...
-Tu me pones así rubia
Juego con la tira de los bóxers para que sufra, estiro, cuando parece que se los voy a quitar vuelvo a colocarlos en su sitio, al rato comiendo a acariciarle un poco a través de la tela, noto como resopla en mi cuello desesperado ya porque se los quite, me río.
-Eres mala...
-No sabes cuando Daniel, no sabes cuanto
Al fin me decido y se los voy bajando, ayudándome con los pies al final, mientras él busca un condón y lo abre, va a ponérselo pero se lo quito, bajo mi mano y me encargo de hacerlo yo, no por nada, pero ahora que se puede decir que es mi novio tengo que familiarizarme con su cuerpo un poquito más, él ha profundizado antes y ahora me toca a mi.
Juego un poco y al rato ya le dejo hacer a él, una vez más me hace llegar a lo más alto, en silencio, con las paredes de esta cabaña guardando lo que de momento, es nuestro secreto. Y por primera vez desde que empezamos esto, estamos libres al hacer el amor, sin ataduras, bueno, solo una, pero que pronto dejará de serlo.